Cuidado del cuidador

Cuidado del cuidador
Como psicóloga, en mi día a día no me canso de recordar lo importante que es cuidar del cuidador. Y hay muchas cosas que podemos hacer para lograrlo.

Maquetación Vanessa Ramiro Pulido

Autocuidado

Comenzar por cuidarte a ti mismo/a no solo se traducirá en unos buenos hábitos para ti, sino también para las personas que te rodean y esto es especialmente gratificante cuando cuidamos a un ser querido. Y hablamos tanto de cuidados a nivel físico como a nivel mental y emocional. Cuanto mejor te sientas tú, mejor se sentirá la persona a quien cuidas.

En este sentido también es fundamental cuidarnos a nivel social, es decir, prestar atención a cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Este tipo de autocuidado es una pieza clave siempre, pero más aún durante el proceso de apoyo y acompañamiento a una persona que lo está pasándo mal por algún motivo.

Cuando eres el cuidador principal de una persona con una enfermad, ya sea física o mental, deseas ayudarle y ofrecer lo mejor de ti y, para ello, es fundamental que te sientas bien contigo mismo/a y con lo que haces.

Sentirse bien cuidando

Sentirse bien cuidando”. Esta es la mejor forma de cuidar para que todo ese esfuerzo y trabajo que conlleva pueda ser llevado sin sentirlo como una carga.

Y esto que es tan fácil de decir no siempre es fácil llevarlo a la práctica. Muchas veces se anteponen las necesidades del enfermo y otras simplemente no estamos acostumbrados a hacerlo o no sabemos por dónde empezar. Ahí es donde entra la ayuda de un profesional.

Consejos para el autocuidado del cuidador

  • ¿Qué has dejado atrás? Piensa en cosas que te están generando incomodidad, malestar o, incluso, culpabilidad… para poder buscar la manera de cambiarlo. Además, párate a pensar en aquello que te gusta hacer y que has dejado atrás por las circunstancias, pero que quizá podrías retomar.

  • ¿Cómo te hablas? Es muy importante que te des cuenta de cómo te relacionas contigo misma/o, cómo te hablas, qué tipo de lenguaje interno usas y en qué tono.

  • ¿Mantienes tus hábitos sociales? No descuides tu círculo social, evita aislarte, continúa compartiendo experiencias con tus amigos. También es muy enriquecedor conocer personas nuevas, hablar sobre temas que te interesen o apuntarte a talleres en los que puedas expresarte y escuchar otros puntos de vista que te ayuden a cambiar el enfoque.

  • ¿Te escuchas? Cuando estés cansada, abatida, enfadada, triste, angustiada, estresada…, busca la manera de identificarlo y compensarlo. Pregúntate cómo estás, cómo te sientes en ese momento…


Y si en alguna ocasión te sientes sobrecargada por los cuidados, pide ayuda. Es posible que puedas repartir alguno de los cuidados con tus familiares o buscar una ayuda concreta y especializada en profesionales.

No olvides nunca la importancia que tienes TÚ como persona que cuida. Así que sé amable, respetuosa, afectuosa y bondadosa contigo misma/o.
Puedes hacerlo tú con tus propios recursos y habilidades, reconociendo que todos tenemos nuestras propias limitaciones, ofreciéndote permisos, buscando el lado positivo de las cosas, siendo paciente contigo mismo/a, dándote mensajes positivos, reconfortantes, sin juzgar, ni criticar, transformando los obstáculos en retos y oportunidades para resolver problema…

Y si esto no es suficiente, nuestro equipo estará encantado de ayudarte.

Pincha aquí si quieres conocer a la autora del post – Ana Garvía – Psicóloga Col. M-14379





Si tienes dudas de la puerta a la que llamar, pregúntanos por email, WhatsApp o por teléfono sin compromiso alguno

Reservas:

Referencias/Cortesias: Imagen de wayhomestudio en Freepik