¿Por qué mi hijo saca malas notas? 7 posibles causas

¿Por qué mi hijo o hija saca malas notas?

Es la pregunta inevitable que todo padre o madre se hace cuando se enfrenta a un boletín escolar que no esperaba.

Autora e ilustradora del post - Vanessa Ramiro Pulido
poEs importante que hables con tu hijo o hija acerca de por qué ha sacado esas malas notas, que le preguntes si está bien o tiene algún problema o qué cree él o ella que podría hacer para cambiarlo. Hablar con su tutor y profesores también te dará pistas acerca de su comportamiento en clase, de su relación con sus compañeros y de las posibles dificultades que experimente. Y finalmente también tendrás que cuestionarte qué puedes hacer tú como padre o madre para ayudar a tus hijos. De las respuestas que obtengas a esas preguntas dependerán los pasos siguientes.
A grandes rasgos, el fracaso escolar puede ser causado por varios motivos: falta de hábito de estudio, falta de motivación y esfuerzo, problemas emocionales, familiares y/o de comportamiento, dificultades de aprendizaje y /o problemas de lenguaje, lectura y escritura u otras causas como problemas de visión, visión, una capacidad intelectual baja o demasiado alta, etc.
Muchas veces, incluso, estos motivos se dan de forma conjunta e, incluso, unos motivos pueden provocar los otros y el conjunto, el bajo rendimiento académico y las malas notas. Dos ejemplos: si un niño tiene dificultades para leer y escribir, probablemente se distraiga más y esté desmotivado o si ese niño acaba de tener un hermano, puede que sienta celos que se traducen en desobediencia, necesidad de llamar la atención o agresividad. En ambas situaciones es muy probable que todo eso se acabe reflejando en forma de malas notas.



1. Falta de hábito de estudio


¿Cuántas veces tienes que repetir a tu hijo que es hora de hacer los deberes? ¿Cuántas veces te dice tu hija que estudiará más tarde? ¿Cuántas veces dejan sus tareas sin terminar o las hacen deprisa y corriendo? También te suena, ¿verdad?

Una de las principales causas de las malas notas de tus hijos es la falta de hábito en el estudio y de estrategias y herramientas que les sean útiles para aprender a aprender.

En la mayoría de los casos los niños no saben estudiar, son desordenados, no tienen un horario organizado, tienden a posponer el momento de ponerse a estudiar o pretenden hacerlo mientras ven la televisión, dejan para el final, cuando ya están cansados, las tareas más difíciles, hacen los deberes rápidamente sin importar el resultado, dejan cosas sin hacer, se distraen con facilidad, tienden a memorizar sin pensar ni comprender lo que están memorizando, no hacen esquemas, carecen de un método de gestión del tiempo y de un sistema o técnica para preparar exámenes…

Es muy importante que de forma progresiva, pero firme establezcáis en casa unos hábitos de trabajo y de estudio adecuados y eficaces para evitar esas malas notas que tanto os preocupan. Implantar rutinas de estudio ayudará a mejorar la capacidad de aprendizaje de tu hijo o hija y a conseguir los objetivos marcados.

          2. Falta de motivación y esfuerzo


En la mayoría de los casos motivación y esfuerzo son dos conceptos que van de la mano. Si algo no motiva, no hay interés. En cambio, si algo te motiva, estarás dispuesto a esforzarte por ello, aunque ese esfuerzo suponga una carga extra de trabajo.

Para muchos profesionales la falta de motivación, es uno de los problemas que más afecta a niños y niñas y adolescentes, es la segunda razón de sus malas notas.

Y las causas pueden ser múltiples. El niño o niña puede considerar que las clases son pasivas y poco participativas, puede que no haya buena sintonía con los profesores, que los niños sientan que no reciben un trato justo por su parte o simplemente que se aburran en clase. Es una realidad: muchos niños y adolescentes se aburren porque, sea por la razón que sea, no encuentran estimulantes sus entornos escolares.

Otras veces cuesta hacer entender a los pequeños la importancia de su rendimiento escolar porque no son capaces de ver cómo se relaciona con su vida cotidiana; hay niños y niñas que utilizan esta falta de motivación en el colegio como una forma de recibir más atención por parte de sus padres o profesores e, incluso, los hemos acostumbrado a obtener las cosas sin esfuerzo y ahora son incapaces de comprender que para lograr algo hay que trabajar y esforzarse. 


3. Problemas familiares y trastornos emocionales y/o de conducta


A nadie se le escapa que un niño o niña que esté preocupado o triste, que esté pasando por una situación familiar complicada, que se porte mal en clase, cuya timidez le impida preguntar dudas o presentar trabajos ante la clase o que sufra ansiedad y se ponga nervioso ante los exámenes será más propenso a ver mermado su rendimiento y sacar malas notas.

Por eso este apartado es una especie de cajón de sastre que tiene que ver con la personalidad de tu hijo o hija, su nivel de maduración y las circunstancias que le rodean, con todas las emociones que experimenta, con su forma de ser y de relacionarse con su familia y con su entorno, con las herramientas emocionales y sociales de las que dispone y con cómo todo eso afecta a su conducta.

Hay un sinfín de causas que pueden influir en tu hijo o hija y, por tanto, en su concentración necesaria para estudiar de forma satisfactoria. No en vano, hay profesionales que afirman que la capacidad de aprendizaje disminuye entre un 20 y un 30 por ciento en casos en los que aparecen problemas de tipo emocional o conductual.

Los problemas familiares tienen que ver con cambios más o menos importantes en el entorno más próximo a los niños, como pueden ser el nacimiento de un hermano, la separación de sus padres, una hospitalización de larga duración, la enfermedad o la muerte de un familiar, una mudanza, problemas económicos… Cualquiera de estas situaciones puede causar estrés, angustia, intranquilidad, tristeza… en tu hijo o hija y derivar en esas malas notas.

Otros ejemplos más graves de problemas familiares son casos de separaciones traumáticas, de violencia familiar, núcleos desestructurados, pseudoabandono infantil,  padres con trastornos psicopatológicos o problemas de drogodependencias, etc.


4. Trastornos emocionales y/o de conducta


Los problemas emocionales y de conducta en los niños suponen una preocupación y muchas veces un auténtico reto para madres, padres y educadores. Cuando un niño o una niña sufre cualquier tipo de alteración, más o menos grave, en sus emociones inmediatamente se ve reflejada tanto en su conducta como en su manejo, actividad y operatividad en sus contextos más cercanos: el propio núcleo familiar y el colegio.

Hablamos de forma general de trastorno emocional en casos de ira, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, miedo, ansiedad y depresión. En cuanto a los problemas de conducta, podemos incluir ahí casos de niños desafiantes y desobedientes, casos de timidez, de impulsividad o casos de TDA/TDAH (trastorno con déficit de atención sin o con hiperactividad).

Acabamos de mencionar el TDA/TDAH como un trastorno de conducta, pero no es el único. Las dificultades de atención y concentración en los niños merecen un cuidado y vigilancia especiales porque son muy frecuentes a la hora de buscar las causas de las malas notas de tu hijo o hija.

Los niños no tienen la misma capacidad de concentración que los adultos  y es normal que se distraigan, son muchos los estímulos que existen a su alrededor, muchos de ellos nuevos para mentes que no están completamente desarrolladas. Pero, ¿qué pasa si eso ocurre muy habitualmente?

Puede que tu hijo o hija tenga problemas de concentración si, por ejemplo, le cueste mantener la atención en clase; si no es capaz de concentrarse tanto en tareas obligatorias, como hacer los deberes o estudiar, como en actividades que le gusten, como ver una película; si siempre parece distraído y parece que no te escucha; si tiene problemas para seguir instrucciones o para retomar una idea después de haber sido interrumpido, etc.

Las dificultades de atención y concentración pueden mostrarse en los niños de múltiples maneras y cambiar con el tiempo. Incluso a veces se manifiestan junto a problemas de impulsividad e hiperactividad.

Muchas veces nos encontramos con niños que se esfuerzan en el colegio y aun así su rendimiento académico y sus notas son deficientes, algo que acaba afectando a su motivación y autoestima y/o generando comportamientos impulsivos, agresivos o de desobediencia.

Si tu hija o hijo tiene dificultades con varias asignaturas y sus notas no son acordes a su esfuerzo, si le cuesta leer, escribir, memorizar o entender conceptos has de plantearte si existe algún tipo de problema de aprendizaje o falta de habilidades y herramientas que lo impidan. Sobre todo porque la detección temprana es sinónimo de mayor probabilidad de éxito.

Entre los más trastornos más habituales están el retraso del lenguaje (lento desarrollo del lenguaje, vocabulario reducido, dificultades para construir frases, problemas en la pronunciación de algunos sonidos...) y los problemas de lectoescritura (dificultades en la expresión escrita y en la segmentación de palabras o frases, ortografía arbitraria, confusión de letras, no comprensión de lo que se ha leído...).

Un trastorno más grave y duradero, que incluso puede dejar en algunos casos secuelas significativas cuando los niños sean adultos, es el llamado TEL o Trastorno Específico del Lenguaje, un problema que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios y que puede afectar a la lectura (dislexia) o a las matemáticas (discalculia). Se refiere, en general, a las  dificultades que tienen algunos niños con una inteligencia, motivación y escolarización adecuadas para adquirir la lectura y para para aprender o comprender los conceptos numéricos o aritmética.

Además de los mencionados anteriormente, existen otros motivos que pueden explicar por qué tu hijo o hija ha sacado malas notas: problemas de visión o audición, una capacidad intelectual mayor o menor a sus compañeros (los baremos de normalidad se mueven entre 85 y 130), lesiones cerebrales e, incluso, problemas de acoso escolar o inadaptación al colegio.




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Contacto Psicóloga Infantil, Adolescentes en Leganes
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*La omisión de algunas tildes ha sido intencionada

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