Pensamientos negativos ansiedad

Pensamientos negativos ansiedad

Que es la ansiedad
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Ha llovido desde el comienzo de la ansiedad, aquel otoño del 2003, pero es ahora cuando estoy preparada para preguntarme porque ´diantres’ no me escuché a través de los mensajes que yo misma me lanzaba. Eran pequeñas advertencias en forma de síntomas de la ansiedad que me venía dando desde que era una niña. Dicen que el cuerpo siempre avisa, pero yo ignoré todos y cada uno de los toques que me enviaba.

Parte I – Capítulo 11

Tal vez, por no querer atender a esos pequeños toques de pensamientos negativos, al final me tuve que enviar artillería pesada en forma de ansiedad, para que acabara cambiando toooodo lo que me hacía daño.

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“Era una mañana de primavera. Era una mañana del 2003. Era una mañana más en la rutina de mi vida.

Estaba sentada en el metro, con un libro, creyendo estar a salvo de todo y todos por vivir aislada emocionalmente en mi esfera de cristal. Leía tranquilamente.

Pudo ser algo que leí, pudo ser que mi mente empezara a desafiarme, pudo ser que había llegado el momento de romper con aquella bola y salir al exterio lo que pudiera ser, fue y empezó aquel ligero toque.

Empecé a notar como mis pies se movían, la cabeza se me ‘embotó’, no era un desvanecimiento propiamente dicho no!. Era una sensación de no estar donde estaba. Levanté la cabeza para tomar aire. Miraba a la gente que estaba en el metro. Mundo de desconocidos, de indiferencia, personas con gestos predecibles. Aquel pensamiento me dio más miedo, más angustia.

-“Será mejor que cierre el libro y tome aire..” ¿será el desayuno?. “

Sacudí mi cabeza, para que todas aquellas ideas obsesivas que saltaban a borbotones se fueran, me hacían mal, me hacían sentir mal.

Aturdida por lo que estaba pensando, pasando y sintiendo me puse más firme conmigo misma:

-«Seguro que es un corte de digestión, porque he desayunado más rápido de lo habitual, Seguro! Seguro!. Me bajaré en la próxima estación».

La siguiente estación llegó y mis pies me ayudaron a salir de aquel vagón, de aquella caja de personas predecibles»

Recuerda que… la ansiedad se cura

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