Causas de la agorafobia

Causas de agorafobia

Aunque no sepas las causas de la agorafobia, siempre hay un motivo, da igual si eres o no capaz de descubrirlo…da igual si los demás lo entienden o no. Lo importante al principio es hacerte fuerte.

Que es ansiedad

causas de la agorafobia

Parte II – Capítulo 10

Me siento mal:

Aquel día mi madre, decidió que salir de casa era lo mejor y yo accedí a pesar de mi agorafobia. Como ya os he contado en alguna ocasión, nunca pedí la baja medica, pero vivía en un estado constante de constipado-resfriado-garganta-irritada que eran mis excusas de cara a la galería del trabajo.

Así que aquel día de ansiedad mi madre, en su afán de ayudar decidió que vendrían a buscarme y ‘echaría’ el día con ellos. Aquello era una buena manera de dejar que mi mente se ocupara en tareas más livianas como comprar, mirar tiendas, pasear… si no hubiera sido porque tenía una agorafobia galopante.

Por aquella época yo sufría el síntoma de la ansiedad, que hacía que tuviera miedo a los espacios abiertos, era la agorafobia. -«¡¡¡No era capaz de salir a la calle!!!.. Y eso que no estaba en una de las calles más concurridas de Leganés».

Vinieron a buscarme y fuimos a comprar un poco de fruta, chic@s, todavía recuerdo cómo viví la angustia de tener que dar los pasos enganchada del brazo de mi madre desde el coche a la frutería. -«¡No podía!»

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-“¿Cómo se puede tener miedo a ir por la calle?”

Si miraba el suelo me daba angustia, entonces levantaba la vista y veía caras desconocidas, gente que pasaba rápidamente, unos cruzaban miradas, otros no… pero todos me asustaban. La luz del sol era angustiosa, hasta mirar el parque que había enfrente hacía que creciera mi agorafobia y se hiciera más aguda.

– “Ah! Ya parece que llegamos a la frutería.”

Mi gozo en un pozo, la frutería estaba llenita de gente! ¡¡demasiada gente!!. Creo que le hice surcos a mi madre en el brazo de lo fuerte que me agarraba a ella. Lo pasé fatal, sólo quería salir corriendo de allí. Lo malo es que no me veía capacitada para tan heroico acto de salir sola y a la calle!!! Aguanté vaya si aguante!

Lo importante, entre tanto galimatías de ideas era que nadie se enterara de los pensamientos raros que me desbordaban, nadie debía enterarse de lo que pensaba, cualquiera en su sano juicio hubiera pensado que estaba loca, que era algo grave! Nadie podía saber eso de la agorafobia, nadie!

No sé cuánto tiempo después, los minutos se me hicieron eternos, pero por fin nos atendieron, pagamos y terminamos. Ahora estaba en el coche de vuelta a casa con mi ansiedad mucho más mitigada, sólo quería pisar mi casa.

Fue estupendo. Cuando crucé la puerta la agorafobia bajó a un nivel leve. Entre aquellas paredes sí que me sentía protegida y salvada. La calma duró poco, porque mi mente siempre estaba con esos malditos pensamientos obsesivos «¡¡No aguanto más!!! ¡¡¡No puedo más!!! ¿Es que nadie veía que no podía salir, que no había descanso en la ansiedad?. Continuará y lo superaŕe…

Ahora… recuerda que se aprende a salir de la ansiedad.

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