Asistencia en un ataque de pánico

Asistencia en un ataque de panico

La verdad es que uno de los síntomas que peor he llevado ha sido los malditos ataques de pánico.

Desde la bella distancia, puedo hacer varias reflexiones:

  • La primera: Casi todos mis ataques de panico se debían a la sensación de no llevar el control.

    Si iba a una reunión, a un curso o simplemente conducía por la M30, el mero hecho de pensar que tenía que hacer algo sin poder cambiar nada, ya me provocaba la activación del pánico.

    ¿Qué solución les di? Busqué vías de escape – «¿Cómo que no puedo hacer nada? Yo influyo en el escenario de mi vida».

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    Si estaba en un curso o en una reunión, fingir que recibía una llamada, me servía de excusa para salir de la crisis de ansiedad

    Si el atasco me atenazaba siempre quedaba el recurso del intermitente, señalizar con la mano la maniobra -hija taxista- y salir por la primera calle que viera.

    En todas éstas situaciones, sólo con pensar que había salidas alternativas, y que yo las podía poner en práctica cuando quisiera, me hacían sentir que tenía las riendas del ataque de panico.

    No os voy a decir que me hinchaba de fuerza, pero esas alternativas, me daban pinceladitas de energía y conseguía ir afrontando estos escenarios.

    -«¿Sabéis lo mejor?» – Que no solía utilizar la vía de huida.

    -«Ya llevo 15 minutos en el atasco, esto se acaba ya mismo. Si he aguanto hasta aquí, aguanto 5 minutos más. ¡Total! En cualquier momento me puedo echar a un lado o salir, pero ahora no quiero voy a esperar un poco».

    ¿Quién llevaba ahí el control de la situación la ansiedad o mis ganas de enfrentarme al escenario del miedo?

  • La segunda reflexión: Me he dado cuenta de que la única que entraba y salía del ataque de panico era yo.

    Vale que los pensamientos negativos eran los míos y que no podía controlarlos, pero si para salir utilizaba la llamada telefónica era porque mi apoyo emocional me sacaba del pánico. –-» ¿El o yo? ¿Quién era la que salía?»

    -«¿Qué resorte tocaba éste apoyo emocional si no ha tenido nunca conocimientos de psicología ni de nada que se le parezca?

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    -«¿Cómo sabía él, qué botón tenía que pulsar si yo no se lo había dicho?, entre otras cosas porque ni yo misma lo conocía».

    Esto me hizo ahondar más en mis pensamientos:

    -«¿Y si me había acostumbrado a salir de la ansiedad sólo por escuchar la voz de mi #bastónemocional?». – De alguna manera, había transformado lo de #emocional a #conductual.

    Pues si es conductual es necesito que algo me conduzca a la salida, pero ¿por qué? Si la que sale soy yo, yo, yo….

    A raíz de ésta idea, decidí que había llegado el momento de entrar en otro estadio: relevo del bastón de mando.

    Los estímulos de salida, protección y distracción de mi mente me los iba a currar yo.

Si os dais cuenta, las dos reflexiones confluyen en el mismo punto, la protagonista de la curación he sido siempre yo.

No puedo por menos que hacer una analogía.

La vida es un carro, del que a veces nos soltamos (ansiedad), es entonces cuando damos las riendas a otras personas. No olvidéis nunca que el carro es el vuestro, en el momento en que os sintáis más fuertes, tenéis que volver a cogerlas.

Con ayuda al principio, alternando, después. Buscar la fórmula mejor, la que os haga sentir más cómodos, pero intentar no dar ese timón del todo a un ajeno -por muy querido que sea-.

Los obstáculos los puedes saltar o bordear, decide hacia dónde quieres girar con el carro. Lo que prefieras.

Ahora recuerda que sí se puede salir de ese estado de ansiedad permanente!.



Contacto para la ansiedad


Aprende a salir de la ansiedad
Capítulo 20…
Así vivi mi último ataque de pánico

*La omisión de algunas tildes ha sido intencionada

**Existen varios caminos para salir de la ansiedad. «Camino para calmar los síntomas», «Camino para silenciar los pensamientos», «Camino para gestionar el miedo» y «Camino para encontrar el origen de tu ansiedad«. Todos los caminos son válidos, cada uno tiene sus propias terapias o técnicas. Algunas personas consiguen salir tomando sólo uno de estos caminos y otras, como yo, tenemos que recorrerlos todos.

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