Gestión del miedo y el enfado

Gestión del miedo y del enfado


gestión del miedo y del enfado

Antes de abrir la mochila y sacar la emoción del día, quiero presentaros de una manera digamos muy aséptica la definición que la Rae da del enfado. Dice así: “El enfado es el movimiento del ánimo que suscita ira”.

Gestión de las emociones – I

Hoy quiero llevar vuestra atención a la gestión del miedo y del enfado. Os dejo una escena de rabia y ansiedad:

Después de una mañana de prisas, Marga llega tarde a la cita con su amiga Carmen. Conduce rápido mientras imagina la reacción que tendrá Carmen cuando vea la hora de demora.

Es tal la proyección que tiene del enfado de Carmen, que empieza a buscar en su mente respuestas imaginarias a las preguntas imaginarias de Carmen. Por supuesto, en este mundo de fantasía, Marga es la que tiene siempre la razón y el mejor argumento para hacer callar a su insoportable amiga Carmen.

Mira el reloj y tal y como había previsto lleva más de 30 minutos de retraso cuando cruza la puerta del restaurante. Carmen la espera sentada en la mesa, con una gran copa de vino.

-«Llegas tarde!» – Dice Carmen a Marga, dando un lento sorbo de su copa. La voz era calmada y tranquila.

-«Ay, lo sé! Pero no te puedes imaginar el stress de esta mañana» – Argumenta Marga.

-«Ya! pero te he llamado y no me lo has cogido. Me dijiste que ibas a venir pronto y no lo has hecho. – Vuelve a insistir Carmen, con el mismo tono pausado y tranquilo.

-«La leche, Carmen, ya te he dicho que llevo una mañana de carreras estresante – Es el mismo argumento de antes, pero con un grado de enfado por encima del anterior – «¡¡¡Cuántas veces tenía que repetir que no había sido aposta!!!«.

-«Ya!, pero es que tú…» – Intentó decir Carmen.

Marga no la dejó continuar. Las 5 palabras habían bastado para que se encendiera la mecha de argumentos que ya había preparado de camino al restaurante. Si ella me dice esto… le digo esto… y si me comenta esto otro., entonces yo voy y le digo lo de más allá. -«Carmen! siempre lo mismo, estoy cansada de esta rigidez» – Acaba sentenciando Marga.

-«Rigidez? pero si tú no sabes lo que es ser formal, vas a saber qué es rigidez!»

gestión del miedo y del enfado

Esta vez Marga la deja hablar porque empieza a sentir la irrealidad que es un síntoma de la ansiedad. Es el comienzo de un ataque de ansiedad alimentado por el descontrol del enfado.

El miedo la empieza a invadir, ya no escucha lo que dice Carmen. -«¿Esto es un sueño o estoy de verdad sentada delante de Carmen?» – Por supuesto, ella sabe de sobre, que no es un sueño, el médico le dijo que se llamaba: despersonalización.

-«Carmen!, Carmen!, Para!. Estoy sufriendo un ataque de ansiedad, necesito cambiar el ‘chip’ de mi mente».

Carmen paró en seco, aquello ya no tenía que ver con el orgullo y con quien tenía la razón, aquello era echar una mano a su amiga que estaba pasándolo mal.

-«Esta bien, lo dejamos, vamos a relajarnos… ¿te hace un piti en la puerta?«.

-«Hace!!!«.

Las dos amigas salen juntas a fumar un cigarro a la puerta del restaurante y dejan atrás el enfado a favor del miedo de Marga.

Bueno, después de esta experiencia, lo que está claro es que el miedo y el enfado casan mal. Ambas son emociones que gestionamos de ‘oídas’, es decir, actuamos resolviendo según lo que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Cogemos un poco de aquí, otro poco de allá y hacemos nuestra mezcla a medida.

Por suerte, dentro de la educación emocional existen herramientas que enseñan a gestionar el miedo y el enfado. Estos instrumentos los puedes aprender desde aquí, en cuartodecontadores, dentro del apartado: Apoyo Emocional.

Recuerda que… la ansiedad se cura

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