Ansiedad y cansancio

Ansiedad y cansancio sintomas

Que es la ansiedad

Anoche, estaba viendo una serie en la tele, tranquilitamente atrincherada tras la tabla de la plancha, cuando a uno de los ‘protas’, un señor del orden, cuadrado y bien puesto, le diagnosticaron depresión. Claro!
Capítulo 4. Yo tengo ansiedad
El buen hombre negó el diagnóstico -porque sí que la tenía- y tras engañarse a sí mismo con la evidencia, soltó una frase que tenía que compartir con vosotras/os. Más o menos decía así:

– “Yo no tengo depresión, no soy débil… en éste mundo hay dos tipos de hombres, los débiles y los fuertes…”.

– “La leche, otro modelo dañino más que me han lanzado… Aghhh!, Si tengo ansiedad y cansancio es que estoy en el grupo de los débiles.”

Y mi mente, rápidamente sacó otra idea:

– “Ya sé porqué oculté a todo el mundo lo que me pasaba, como para no hacerlo!».

Tenía agotamiento por ansiedad, por eso me sorprendí todavía más, cuando la doctora extendió la receta y me la dió, porque me hizo sentir más débil. Yo no creía que fuera posible bajar más escalones en la inconsciencia del ánimo.

Digo inconsciencia porque en cuanto entre en la ansiedad, dejé de llevar las riendas de mi vida, estaba demasiado floja para asumir la existencia, estaba cansada de vivir.

Me sentía vulnerable, cualquier hecho o acción necesitaban un esfuerzo físico que no tenía, es como si mis músculos se hubieran vuelto laxos. Me levantaba arrastrando los pies, no desayunaba me metía los alimentos en la boca y dejaba que mi instinto hiciera el resto.

Tenía la impresión de haber roto mi escudo protector, todo lo negativo que fluía por el mundo me podía atacar, no tenía defensas.

Estaba muy baja de energía, muy baja de moral, tenía ansiedad y cansancio extremo.

Menos mal que ya pasó y estoy mejor. De hecho, recuerdo haber identificado de las primeras sensaciones de fuerza cuando estaba tan cansada de la ansiedad.

Volvía a casa del trabajo en el coche, y de pronto noté vitalidad (no era como para tirar cohetes), pero me acuerdo del maravilloso momento de estar manos al volante y notar que era capaz de enfrentarme a la M30 (la carretera). Eso me hizo sentir tan bien… la leche! Aquella sensación había estado dentro de mí en alguna ocasión, hacía mucho, pero la semilla había permanecido, era como un bulbo que florecía pasado el invierno. Me gustaba, era una señal de que la ansiedad se cura!!!.

¿Qué moraleja se saca de todo esto? Lo primero es liberarnos de las creencias que nos da esta sociedad, como esa en la que se nos vende el ideal del fuerte, de la competitividad. A mi no me vale porque he tenido ansiedad y cansancio, pero ahora que no tengo me gusta disfrutar y descansar del ritmo de vida. He aprendido a apartar de mi existencia el ritmo vertiginoso y el stress.

Moraleja:
Frase tomada de ‘www.galicias.com’: «Nuestros sentimientos dependen de nuestras actitudes y nuestras creencias, no de las circunstancias externas» (Adam J. Jackson).”

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Recuerda que… sí se puede salir de la ansiedad

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